El aloe vera y sus derivados actúan sobre el sistema inmunológico gracias a la gran cantidad de propiedades y nutrientes que aportan al organismo. Así, las vitaminas A y E del aloe vera son de gran ayuda en el proceso de regeneración de las células y la producción de colágeno, actuando también como antioxidantes para evitar el envejecimiento y la descomposición celular.
La vitamina C por el contrario, nos ayudará a combatir las infecciones, y la ingesta del aloe, se hace imprescindible en personas consumidoras de tabaco, alcohol y cafeína, ya que los radicales libres que se encuentran en estos tres productos disminuyen notablemente los niveles de vitamina C en nuestro organismo.
La vitamina B también presente en el aloe vera, ayudará al hígado en la fabricación de glucógeno (sustancia presente en éste órgano que tiene la capacidad de transformarse en glucosa siempre que se requiera).
Los malos hábitos alimenticios y el estrés son los causantes, entre otros, de la disminución de las vitaminas en el organismo. Por éste motivo puede ser un gran aliado gracias a la cantidad de propiedades y beneficios que el aloe vera tiene para nuestro organismo, ayudándonos a vencer esas carencias por su gran riqueza en nutrientes de calidad.
De esta manera, si tenemos una o varias plantas de aloe en casa podremos beneficiarnos de sus propiedades y relaizar nuestros propios tratamientos de belleza, para tratar afecciones o prevenirlas. Para ello, existen diferentes formas de utilizar y preparar nuestros propios remedios y tratamientos de aloe vera que veremos a continuación.
Cómo aplicar las hojas del aloe vera
Cuando se utilizan las hojas de aloe vera frescas para el uso local externo, conviene separar las espinas y pelar las hojas con un cuchillo o pelador; sin embargo, el sistema más efecivo consiste en cortarlas longitudinalmente al medio, a lo ancho, sin pelarlas y aplicar ambas caras internas sobre la zona afectada de la piel. De ésta manera disponemos de todos los fluidos internos de la pulpa, incluido el mucílago central. De la otra forma, pelando la penca de aloe, estaríamos beneficiándonos unicamente de los líquidos superficiales.
La pulpa de aloe vera puede también consumirse fresca y entera, tras haber sido pelada y cortada en trozos que oscilen los 5-10cm por el ancho de la hoja.
Tal y cómo propone el libro
Aprende a curate del Dr
Giraldo Motura
...consumir el aloe vera directamente cortando 10cm de la parte más carnosa de la planta, pelarla, ponerla sobre una rebanada de pan con miel y comerlo en el desayuno...
Si decidimos probar esta forma de tomar aloe vera, debemos tener la precaución de llevarnos con el pelador o con el cuchillo unos 2mm de la pulpa junto con la piel, ya que es ahí, en este espacio entre la piel y el comienzo de la pulpa dónde se encuentra el líquido amarillo y de sabor sumamente amargo, compuesto por aloína, conocido como acíbar. Por lo demás, la pulpa en sí practicamente carece de sabor.
Cómo conservar las hojas o pencas del aloe vera
Cuando no usamos la hoja entera de aloe vera, una forma fácil de conservarla es guardándola en la nevera cubriendo el corte con papel film o dentro de una bolsa de plástico*.
Para conservarla durante más tiempo, si las hojas son pequeñas (aunque siempre es preferible hacerlo con las hojas enteras del aloe vera, ya que así pierden menos savia por los cortes), la forma más segura de conservar las pencas de aloe vera, es colocandolas en un frasco y cubrirlas con una mezcla de agua y alcohol, que deberá renovarse cada 15-20 días, de esta forma, las hojas se mantendrán alrededor de 3 o 4 meses.
Si por tratarse de una hoja demasiado grande, nos vemos en la obligación de cortarla en trozos, el proceso se llevará a cabo de la misma manera, solo que esta vez la duración será menor, de unos 45 a 60 días máximo.
* Personalmente no soy muy partidaria del plástico, por eso prefiero conservarla en tarros de cristal herméticos, pero eso lo dejo a tú elección
Cómo preparar y aplicar el jugo de aloe vera
El jugo de aloe vera es la pasta que se obtiene macerando o rallando las hojas completas, incluidas la piel, la pulpa e incluso las espinas. El incluir la piel y las espinas tiene un motivo, y es que, cuando las hojas del aloe vera no son demasiado cobrizas, como ocurre en algunas variedades de la familia del aloe, resultan igual de beneficiosas que la pulpa, ya que algunos de los agentes curativos son proporcionalmente más abundantes en las capas exteriores.
La forma de preparar el jugo de aloe vera puede variar de acuerdo con el fin que vayamos a darle. Por eso mismo, para poder distinguirlos llamaremos pulpa de aloe a lo que obtengamos de ese macerado, y zumo de aloe ,lo que obtenemos tras filtrar los residuos sólidos aprovechando únicamente el líquido del aloe vera.
Tanto el jugo de aloe vera como el zumo pueden utilizarse indistintamente para uso externo como interno, vía oral, solos o combinados con otras sustancias, aunque por lo general se reserva el zumo para la preparación de fármacos de uso interno, y el jugo para las aplicaciones directas.
Cómo preparar y aplicar el jugo de aloe vera
Para obtener el jugo de aloe vera comenzaremos machacando las hojas con un mortero o mediante el rallador para mezclándolas hasta formar un mucílago homogéneo y pastoso.
Un sistema más práctico consiste en pasar la penca de aloe por la licuadora, aunque en estos casos, suele ser necesario agragar algo de líquido. Dependiendo de cual sea la afección que vayamos a tratar, usaremos agua y/o alcohol. De ésta forma, obtendremos una pulpa semi-líquida de aloe vera ideal para apósitos o compresas para iso externo, o para aplicaciones directas sobre llagas, heridas, quemaduras, urticaria, etc.
Recordemos desechar todo aquello de aspecto correoso que pudiera tener la penca de aloe vera
Cómo extraer y aplicar la pulpa de aloe vera
Si bien la preparación de la pulpa de aloe vera es exactamente igual a la del jugo, tiene una ventaja muy interesante, ya que su consistencia permite la incorporación de alcohol u otros conservantes ( benzoato monosódico, ácido cítrico, glutamato de potasio, etc. ). De esta forma prolongamos la conservación de la pulpa guardándola en la nevera sin perder las propiedades del aloe vera.
Una vez cortadas las hojas, eliminaremos la savia amarillenta o acíbar de efectos purgantes. La pasta que obtendremos la dejaremos reposar hasta que desaparezca la espuma y la conservaremos en un frasco opaco que evite que penetre la luz.
Personalmente prefiero utilizar conservantes naturales, pero si optamos por utilizar conservantes artificiales para elavorar cualquier preparado, debemos consultar con un especialista.
A pesar de existir una gran variedad de productos de cosmética que afirman contener aloe vera, debemos verificar que realmente la presencia de éste ingrediente es considerable, ya que el diseño de los envases no es garantía suficiente para determinar la calidad del producto
Cómo extraer y tomar el zumo de aloe vera
El zumo de aloe vera es el líquido obtenido mediante el filtrado de la pulpa y es rico en vitaminas, enzimas y aminoácidos, y sus nutrientes tiene sobre nuestro organismo un efecto desintoxificador, tonificante y regenerador de los órganos internos, aunque sobre todo actua sobre el apareto digestivo. Aunque lo realmente asombroso del zumo de aloe vera, es su capacidad de penetrar en el tejido celular, eliminando las células muertas y ayudando a regenerar el crecimiento de células nuevas.
De forma que, si ayudamos a regular las digestiones a través de una buena dieta, también estaremos actuando sobre la piel. Sin olvidar el beneficio que tiene sobre el sistema circulatorio, además de potenciar la eliminación de residuos tóxicos y actúa como un laxante suave.
Elijamos la opción que elijamos para obtener el zumo de aloe vera, veremos que podemos utilizar todo lo que al extraer el zumo desechamos para preparar aloe en polvo para infusiones.
La principal diferencia entre la pulpa y el zumo son los residuos sólidos, cuya textura con frecuencia resulta desagradable para ingerir. Otra diferencia la marcan las personas alérgicas al aloe vera, incapaces de soportar la pulpa, pero si el zumo rebajado con agua o zumo de fruta.
Si diluimos el zumo en agua o alcohol para facilitar el proceso de filtrado, debemos recordar que, las recetas que requieren el zumo de aloe vera, la cantidad de zumo que se mencione será de zumo puro sin diluir. Por eso, en caso de haber sido disuelto, debemos saber la cantidad de líquido agregado para calcular la proporción necesaria.
Cuando empecemos a tomar zumo de aloe, observaremos cuál es la mejor dosis para nosotros ya que cada organismo es diferente. La dosis dependerá pues del uso que queramos darle. Es mejor tomar el zumo con el estómago vacío, y podremos mezclar sin problemas con agua o zumo. Si notamos que hay un aumento excesivo del tránsito intestinal, es conveniente aumentar la cantidad de líquidos y disminuir la dosis de aloe vera que estemos tomando. Siempre bajo la supervisión de un experto.
Cómo tomar el zumo de aloe vera
Con respecto a la dosis, por lo general una cucharadita de té (10cc) de zumo de aloe vera o tintura básica diluido en agua o zumo de fruta suele ser la cantidad recomendada. Tanto la cantidad como la duración dependerán siempre del tipo de afección, la edad y el peso del paciente.
Cómo conservar el zumo de aloe vera
Tanto el zumo como la pulpa de aloe vera pueden conservarse en frigorífico, durante una o dos semanas, aunque este tiempo puede alargarse a 3 o 4 semanas si le agragamos 100cc de alcohol o cognac. Si utilizamos otro tipo de conservante artificial debemos consultar a un experto.
No se aconseja en ningún caso congelar cualquier preparado de aloe vera ya que perdería gran parte de las propiedades y principios activos al congelarse.
Qué es el acíbar y en qué casos combiene utilizarla
Aunque no se trate estrictamente de una parte de la planta, el acíbar proveniente del aloe vera fue el único producto que se explotaba comercialmente en la antigüedad.
Acíbar es el término empleado por los antiguos, proviene del árabe as-cabira traducido significa jugo de planta amarga. Al principio era así como se conocía el aloe vera, pero con el tiempo, este término pasó a emplearse unicamente para definir la sustancia amarga que separa la pulpa de la piel.
Con respecto a la preparación u obetención del acíbar del aloe vera, antiguamente se extraía el zumo de las hojas cortándolas transversalmente y se colgaban sobre recipientes para recoger el mucílago . Una vez cicatrizado el corte, se efectuaba otro un poco más arriba, y así sucesivamente.
El mucílago obtenido tras el proceso, se dejaba secar al sol o en unos hornos especializados adquiriendo así ese distintivo color terroso o cobrizo tan característico.
Hoy en día sin embargo, el acíbar se obtiene a partir de la pulpa, es decir licuando la hoja completa, y separando por medios fisico-químicos las sustancias necesarias. El acíbar se utiliza sobre todo en productos homeopáticos, cosméticos y veterinarios.
Cómo conservar el acíbar de aloe vera
La conservación del acíbar no requiere demasiadas precauciones, excepto mantenerlo en frascos o recipientes de vidrio oscuros y tapados, para evitar la oxidación y que se humedezcan.
Cómo extraer y utilizar el gel de aloe vera
El gel de aloe vera no es más que el tejido de la hoja al natural, obtenido directamente de la hoja al natural, sin diluir ni procesar. El gel de aloe, lo obtendremos recortando una hoja grande, preferiblemente de las más adultas para lograr el máximo de propiedades del aloe vera.
Existe también el gel de aloe vera comercializado, un producto de laboratorio elaborado a partir del zumo de las hojas mediante proceos físico-químicos altamente especializados, ya que resulta muy difícil lograr su estabilidad. Es un producto fácil de encontrar en cualquier farmacia o parafarmacia.
Usos y aplicaciones del gel de aloe vera
Cómo conservar el gel de aloe vera
Si se trata del gel de aloe vera comercial, no requiere ninguna conservación especial diferente a cualquier otra crema o gel que pudieramos tener.
Cómo preparar la infusion o té de aloe vera
Los recortes de las hojas de aloe vera sobrantes que hayamos desechado en aplicaciones anteriores como por ejemplo en las aplicaciones directas, o en la extracción del jugo, pueden reciclarse para preparar este polvo seco de aloe vera para infusiones facilmente conservable, que podremos utilizar también para elaborar caramelos para tratar las afecciones bucales, garganta y toda la parte superior del sistema respiratorio y digestivo.
Esta infusión de aloe vera, podemos combinarla con otras plantas medicinales como el llantén mayor, malvavisco, malva, avena, rosal, aceite de onagra, borraja, caléndula o cola de caballo, dependiendo de aquello que queramos tratar.
Una aplicación interesante del té de aloe vera es para las personas, especialmente niños, que se marean en autobús, avión o barco. También resulta igual de efectivo en casos de crisis asmática o de tos, aunque en caso de ser muy agudas siempre debe consultarse a un médico.
Cómo conservar el té de aloe vera
El polvo de aloe vera, o los trozos secos de la hoja, debemos guardarlos en frascos de vidrio oscuros, en lugar oscuro también, fresco y seco, de esta manera nos durará muchos meses sin perder las propiedades.
Jarabe de aloe vera
El jarabe de aloe vera, siempre en cantidades moderadas, es útil para tratar los problemas digestivos, dolores de cabeza, dolores hepáticos, hipertensión, anorexia, estreñimiento, infecciones renales, reuma, artritis, diabetes, asma, tuberculosis, enfermedades ginecológicas, infecciones y alergias.
Las hojas que empleamos en la receta del jarabe de aloe vera, deben tener al menos cinco años, y tendremos que tener cuidado de no haber regado la planta durante los cinco días anteriores a la recolecta. También es preferible cortar las hojas necesarias de aloe vera durante las primeras horas de la mañana o de la noche, para evitar así la exposición al sol.
Tras la primera semana de maceración podremos empezar a consumir el jarabe de aloe, siendo una cucharadita la cantidad recomendable antes de las comidas.
Tintura de aloe vera
La tintura de aloe vera, no es más que una maceración de la planta fresca o seca en alcohol puro de 96 grados. Estos preparados se guardan en frascos oscuros durante un año, periodo tras el cual ya están listos para ser utilizados.
Tras preparar nuestra propia tintura de aloe vera podremos utilizarla como purgante colagogo y aperitivo, sin excedernos nunca de los cinco mililitros o cien gotas diarios diluidos en agua.
La tintura de aloe vera nunca deberá ser ingerida sin haberla diluido previamente en agua.
Debido a que las tinturas se elaboran con alcohol, se desaconseja en caso de embarazo, inflamación gástrica o hepáticas, niños o ex alcohólicos.
Precauciones de uso del aloe vera
Antes de comenzar un tratamiento con aloe vera, ya sea externo o interno, debemos tener en cuenta ciertas precauciones:
Uso y aplicación gradual del aloe vera
Toda aplicación local o ingesta de cualquiera de los derivados del aloe vera ( zumo, pulpa, gel, etc.), especialmente si se hace por primera vez, debe ser gradual, de menos a más, ya que para algunas personas, ciertos componentes pueden presentar contraindicaciones como diarrea, vómitos, inflamación cutánea y mareos entre otros.
El aloe vera y las mujeres durante el embarazo
Las mujeress embarazadas no deberían tomar vía interna ninguno de los derivados de la aloe vera, ya que, sus propiedades de regulador menstrual pueden provocar un aborto accidental.
Por el contrario, si que podrán beneficiarse de la multitud de propiedades que el aloe vera provee de forma externa.
El aloe vera para las personas enfermas
La ingesta de aloe vera en cualquiera de sus formas también es desaconsejable en casos de pacientes con fiebre, o problemas renales graves como nefritis o cólicos. Aunque al igual que en el caso de mujeres embarazadas, pueden hacer uso del aloe vera de forma externa.
Supervisión médica para la aplicación del aloe vera en casos graves
Si bien podemos realizar aplicaciones externas de aloe vera como primeros auxilios, todo tratamiento de aloe vera relativamente prolongado deben ser supervisadas y controladas por un profesional, ya sean lesiones serias como quemaduras con pérdida de tejidos, heridas, etc., como enfermedades de cierta gravedad.
Alergia a el aloe vera
Hoy en día, es más raro encontrar personas sin ningún tipo de alergia que al contrario, ya sea a las flores y el polen como a antibióticos o analgésicos. De manera que, no es de extrañar que existan personas alérgicas a el aloe vera.
Por lo general, los síntomas de la alergia a el aloe se presentan como pequeñas inflamaciones con o sin picor y enrojecimiento de la piel en el caso de aplicaciones externas. En el caso de aplicaciones internas, vía oral, la alergia se manifestará como vómito, diarrea y mareos.
Para probar si somos o no alérgicos al aloe, ya sea para tratamientos internos como externos, es aconsejable realizarnos primero una prueba externa y después la interna:
4 veces más rápido
Numerosos estudios han demostrado que el aloe vera penetra en la piel cuatro veces más rápido que le agua